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Plantar árboles, clave para la lucha contra la desertificación

La desertificación es uno de los principales retos medioambientales actuales y consiste en la degradación de los suelos y ecosistemas de las zonas secas debido a las variaciones climáticas y a las actividades productivas y extractivas del hombre. El cultivo y el pastoreo intensivos, la deforestación, la minería y la mala utilización del agua, junto con el cambio climático, están convirtiendo los suelos fértiles en tierras improductivas y estériles, reduciéndose la superficie cultivable y repercutiendo negativamente en el desarrollo sostenible y en los equilibrios de ecosistemas, biodiversidad, ecoseguridad, erradicación de la pobreza, estabilidad socioeconómica y seguridad alimentaria.

La desertificación y la sequía son una amenaza global cada vez mayor, ya que cada vez más regiones del mundo están afectadas por estos procesos, y si bien no es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad, se calcula que en la actualidad el ritmo de degradación de las tierras cultivables aumenta a una velocidad entre 30 y 35 veces superior a la histórica. 

Con el aumento de las sequías, consecuencia del cambio climático, y la sobreexplotación de estas tierras de baja productividad se inicia así una espiral descendente que acaba agotando los nutrientes del suelo y los acuíferos subterráneos, intensificándose el fenómeno de la desertificación. A su vez esto obligará a millones de personas a migrar a otras zonas. En tan sólo 15 años, de 2000 a 2015, el número de migrantes en el mundo ha aumentado de 173 a 244 millones.

Por eso uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODM), concretamente el Objetivo 15 , hace referencia directa a esta grave amenaza y entre sus metas queda detallada que para 2030 se logre un mundo con una degradación neutra del suelo. Para ello es necesario actuar con contundencia contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones.

17 de junio: Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

En 1994, la evidencia del avance de la desertificación era tal que la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 17 de junio como el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con el propósito de concienciar al mundo sobre este gran reto medioambiental.

Este año el eslogan de la campaña es: “Las tierras tienen un valor real: invierta en ellas”, ya que a menudo usamos la tierra como si fuera un recurso ilimitado. Esta negligencia amenaza el suministro de alimentos y agua, la biodiversidad e incluso la seguridad alimentaria. Las ganancias económicas a corto plazo como el acaparamiento de tierras, la expansión urbana no planificada, la agricultura insostenible y el consumo excesivo conducen a un uso insostenible de la tierra, que eventualmente causa la degradación y la pérdida de ecosistemas. Como resultado, el uso de las reservas naturales de la Tierra se ha duplicado en los últimos 30 años, con un tercio de la tierra del Planeta ya severamente degradada.

Pero hay muchas formas de invertir en la tierra de forma sabia para evitar la degradación de la tierra, y entre todos podemos contribuir a hacerlo posible. Por ejemplo, los agricultores pueden invertir en una agricultura más sostenible. Los administradores de la tierra y formuladores de políticas públicas pueden apoyar y potenciar la bioeconomía invirtiendo en nuevas tecnologías y procesos de gestión sostenible de la tierra, y los consumidores pueden adquirir productos orgánicos y de comercio justo. Porque al garantizar que haya suficientes recursos de tierra disponibles a largo plazo, también nos beneficiará a todos.

La reforestación clave para la lucha contra desertificación

La reforestación es la clave de la lucha contra la desertificación, ya que los árboles, bosques y sus ecosistemas implican muchos beneficios para la regeneración de las tierras, y como barrera para protegerlas frente a la erosión del viento. También enriquecen y fertilizan el suelo mediante procesos naturales y mejoran la gestión del agua, aumentando la capacidad de retención de agua del suelo y reduciendo la evaporación, a la vez que controlan los flujos de agua y filtran y limpian el agua.

Por eso, plantar árboles es tan importante. Precisamente hasta el 17 de junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, la Fundación Bioplanet y Carrefour están uniendo esfuerzos en esta dirección. Acércate a cualquiera de sus tiendas en España e invierte en un Planeta reforestado. Compra una de nuestras tarjetas por un euro. Por cada tarjeta que adquieras, plantarás un árbol. De árbol en árbol queremos lograr frenar la desertificación y la deforestación del Planeta. ¿Nos ayudas?

 

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