
El calentamiento global, todo un desafío
El calentamiento global y el rápido aumento de los gases de invernadero se está convirtiendo en un gran desafío de primer orden. El cambio climático tiene consecuencias imprevisibles, ya que el clima está cambiando tan rápido y de manera tan impredecible que supone enormes desafíos para los seres vivos y para la vida en la Tierra. De continuar en esta línea ascendente, el futuro para las próximas generaciones es incierto.
Muchas de estas consecuencias ya están siendo evidentes, e incluso más rápido de lo que los científicos esperaban. En la actualidad existe un consenso científico casi generalizado en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la Tierra como sobre los sistemas socioeconómicos.
Desafío 1: océanos y mares
El derretimiento del manto de hielo polar, principalmente en Groenlandia y, en menor medida, en la Antártida, están causando un incremento del nivel del mar. A su vez la temperatura de los océanos está en máximos en los últimos años y el contenido calorífico de los océanos, que es una medida del calor existente en las capas superiores de los océanos hasta los 2000 metros, alcanzó nuevos niveles máximos sin precedentes en 2017.
A lo largo de los últimos diez años, diversos estudios han confirmado que la acidificación de los océanos repercute directamente en la salud de los arrecifes de coral; en la prosperidad, la calidad y el sabor del pescado y el marisco de acuicultura; y en la supervivencia y calcificación de diversos organismos esenciales. Estas alteraciones tienen efectos en cadena dentro de la red alimentaria, lo cual se prevé que tenga, a su vez, impactos cada vez mayores en las economías con litoral.
Desafío 2: desastres meteorológicos
Las condiciones meteorológicas están pasando a ser más extremas, lo que supone mayores y más intensas tormentas y lluvias seguida de sequías más prolongadas e intensas. A su vez, el aumento de los desastres naturales meteorológicos, cada año obligan a millones de personas a desplazarse de sus lugares de origen. En 2016 estas cifras fueron de 23,5 millones de personas y como en años anteriores, la mayoría de esos desplazamientos internos estuvieron asociados a crecidas o a tormentas y ocurrieron en la región de Asia-Pacífico.
Una temperatura más alta, cambios en las precipitaciones que causan inundaciones y sequías provocan cambios sobre los ecosistemas, y muchas especies de animales están viendo como sus ecosistemas desaparecen y no son capaces de adaptarse a estos cambios, lo que está provocando la extinción de numerosas especies.
La deforestación, es decir, la pérdida de masa vegetal, que podríamos considerar junto a nuestros océanos el pulmón de nuestro planeta, también está siendo una de las principales consecuencias del calentamiento global, ya que se estima que hasta una quinta parte de las emisiones de CO2 mundiales se deben a la tala indiscriminada de árboles.
Desafío 3: formas de subsistencia y seguridad alimentaria
Estas nuevas condiciones meteorológicas a su vez son un enorme desafío para el sector agrícola, dificultando los cultivos, lo que puede provocar graves daños a las formas de subsistencia y la seguridad alimentaria de millones de personas en el planeta.
En Somalia por ejemplo, a partir de junio de 2017 más de la mitad de las tierras de cultivo resultaron afectadas por la sequía, y desde diciembre de 2016 los rebaños disminuyeron entre un 40 y un 60% debido al aumento de la mortalidad y a las ventas a precios desfavorables, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Las naciones vulnerables se ven especialmente afectadas por los impactos climáticos, como se pone de manifiesto en un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional, en el que se advirtió que un aumento de 1 °C de la temperatura podría reducir considerablemente las tasas de crecimiento económico en muchos países de bajos ingresos.
El calentamiento global también afecta a la salud. Como consecuencia del calor, ha aumentado el riesgo general de contraer enfermedades relacionadas con el calor o de fallecer y cerca del 30% de la población mundial vive en condiciones climáticas capaces de generar temperaturas potencialmente letales al menos 20 días al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud que se citan en la Declaración de la OMM.
Todas estas consecuencias, son ya un hecho. Hay que actuar con contundencia para frenarlas. ¡Y hay que hacerlo ya!
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