
Las huellas del calentamiento global están por las nubes
Las huellas del calentamiento global están por las nubes. Concretamente en las nubes noctilucentes, es decir, las nubes brillantes nocturnas que hasta hace muy poco eran solamente perceptibles en las regiones polares.
Sin embargo, en los últimos años estas nubes se han intensificado y extendido siendo ya visibles en las noches de verano también en zonas más cercanas al Ecuador de la Tierra y más alejadas del Ártico y del Polo Sur de la Tierra. Su belleza es indiscutible y poder contemplarlas desde más rincones del Planeta debería ser motivo de alegría, sin embargo debemos considerarlo como una preocupante amenaza, ya que los científicos señalan que es una consecuencia más del incremento de los gases de efecto invernadero.
Nubes noctilucentes, más visibles por el calentamiento global
Las nubes noctilucentes son las nubes más altas en la atmósfera de la Tierra. Se forman cerca del límite de la mesosfera y la termosfera, aproximadamente a 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra cuando el vapor de agua se congela alrededor de las partículas de polvo de los meteoritos entrantes. Son de un brillante color azul eléctrico y visibles por el reflejo de la luz solar en el horizonte durante los atardeceres y amaneceres en verano, que es curiosamente cuando las temperaturas mesoféricas son lo suficientemente bajas como para que se formen cristales de hielo.
Los resultados de un reciente estudio del Instituto Leibniz de Física Atmosférica de Alemania y publicado en Geophysical Research Letters sugieren que las emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero, han aumentado las concentraciones de vapor de agua en la mesosfera en aproximadamente un 40% desde finales del siglo XIX, lo que a su vez ha duplicado la cantidad de hielo que se forma en esta capa atmosférica siendo ésta la razón principal por la que las nubes noctilucentes son significativamente más visibles ahora que hace 150 años.
Las primeras nubes noctilucentes se observaron por primera vez en 1885, después de la erupción de un volcán en Indonesia que arrojó cantidades masivas de vapor de agua a la atmósfera. Durante el siglo XX estas nubes brillantes se hicieron más visibles, por lo que los científicos comenzaron a investigar cuál era la razón principal de que esto ocurriese.
Para ello, modelaron la atmósfera del hemisferio norte y las nubes brillantes entre 1871 y 2008 para simular los efectos del aumento de los gases de efecto invernadero en la formación de nubes noctilucentes. Y los investigadores no han dudado en concluir que las actividades humanas, especialmente las relacionadas con la extracción y quema de combustibles fósiles, son la razón principal por la cual estas nubes son más visibles en la actualidad que en tiempos remotos.
Es decir, estas espectaculares nubes de imponente belleza en nuestros cielos son una señal más de que el cambio climático causado por los humanos está afectando al Planeta. Y desgraciadamente, este es un motivo más que suficiente para no disfrutar tanto este verano de estos cielos casi de otro mundo.
Foto: NASA
Finalidad: Envío de información sobre la Fundación
Legitimación: Consentimiento del interesado/a
Derechos: A acceder, rectificar y suprimir los datos, así como los derechos detallados en la política de privacidad completa
Información Adicional: Política completa de privacidad