
La Huella de Carbono, nuestra huella en el Planeta
La huella de carbono es una medida del impacto que nuestras actividades tienen en el medio ambiente, es decir, que se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero asociadas directa o indirectamente a todas las actividades, productos, servicios, producidas por personas o empresas y organizaciones a través de sus actividades cotidianas, y que contribuyen al calentamiento global.
Casi todas las actividades que realizamos a diario (transporte, alimentación, uso de calefacción o aire acondicionado…) y bienes que poseemos y utilizamos (bienes de consumo, vivienda, vehículo…) implican consumir energía, lo que significa contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera.
Huella de carbono, gases de efecto invernadero y calentamiento global
Los GEI son aquellos gases cuya presencia en la atmósfera contribuye a incrementar el efecto invernadero y, con ello, al calentamiento global. Estos gases se acumulan en la atmósfera e impiden que el calor irradiado por el sol regrese al espacio, aumentando la temperatura del Planeta. Algunos de los principales gases de efecto invernadero son: Vapor de Agua (H2O), dióxido de Carbono (CO2), Metano (CH4), Óxidos de Nitrógeno (NOx) Ozono (03) y Clorofluorocarbonos (CFC).
Los GEI más importantes están presentes en la atmósfera de manera natural, aunque su concentración va en aumento por la actividad humana. También entran en este concepto algunos gases artificiales (concretamente los compuestos del flúor) producto de las actividades industriales actuales.
La actividad humana desde la Revolución Industrial de mediados del Siglo XIX ha incrementado la cantidad de GEI en la atmósfera, debido principalmente al uso intensivo de combustibles fósiles, que se estima que ha producido alrededor de las tres cuartas partes del aumento en el CO2 por actividad humana en los últimos 20 años. El resto de este aumento se debe en gran medida a los cambios en el uso del suelo, especialmente a la deforestación.
Cómo conocer nuestra huella de carbono
Es imposible conocer con total precisión nuestra huella de carbono, pero sí podemos obtener una medición estimada de cómo nuestro estilo de vida, hábitos y actividades cotidianas contribuyen a aumentar los gases de efecto invernadero. Por ejemplo, teniendo en cuenta nuestra vivienda (superficie, consumo de energía, equipamientos…); el transporte que utilizamos (kilometrajes y tipo de transporte utilizado); la alimentación que tenemos (tipo de alimentación que tenemos) y el consumo que realizamos (aparatos tecnológicos, suministros, ropa, muebles, entretenimiento…).
Normalmente la huella de carbono se mide en toneladas de CO2 emitidas. Y en Internet se pueden encontrar Calculadoras de Carbono, que son herramientas que nos ayudan a hacer un cálculo estimado de nuestra huella de carbono, como por ejemplo Carbon Footprint o Plantarse.
Cómo reducir nuestra huella de carbono
Es importante ser consciente que todas las actividades humanas tienen un impacto en el medio ambiente y conocerlas y medirlas para lograr reducirlas es importante para la lucha contra el calentamiento global.
Porque pequeñas acciones cotidianas como éstas pueden reducir tu huella de carbono:
- Reciclar correctamente la basura.
- Ahorrar más agua. Los reductores de presión en los grifos son una buena manera de hacerlo.
- Evitar dejar los electrodomésticos de tu hogar en stand by.
- Controlar la temperatura de la calefacción y del agua caliente de tu casa.
- Apostar por las bombillas LED o bajo consumo en lugar de las incandescentes o las halógenas.
- Apagar la luz siempre que no se necesite.
- Coches más eficientes.
- Fijarnos en qué comemos y de dónde procede. Cuanto más lejos sea su lugar de producción, peor para el medio ambiente. También cuanto más empaquetados estén los alimentos, más energía habrá sido necesaria para producirlos.
- Electrodomésticos más eficientes y haciendo la colada en frío o a 30º se ahorra mucha energía.
- El transporte supuso el 25% de las emisiones de efecto invernadero en España en 2013. Los medios de transporte menos contaminantes son el transporte público y la bicicleta.
- La deforestación afecta a la emisión de CO2. Plantar árboles es una buena manera de luchar contra el cambio climático.
Conocer nuestra huella es el primer paso para reducirla. No hay duda, en nuestras manos está hacer algo para reducir nuestra huella de carbono, porque cada uno de nosotros podemos convertirnos en un agente de cambio. Al margen de los necesarios y urgentes cambios estructurales e industriales, nuestro modo de vida puede provocar grandes cambios. De hecho, en torno al 19% de las emisiones de GEI en Europa son de origen doméstico. En España, la cifra ronda el 18,5 según los cálculos de Eurostat.
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